domingo, 12 de diciembre de 2010

Venganza.

Venganza, dicen que se sirve en un plato frío, pero sabe dulce en mis labios y su tacto fresco y sedoso en mis manos es demasiado apetecible como para que pueda resistirme a ella. Venganza, ven a mí, déjame morder tu piel madura y deleitarme con tu olor al romper la piel de tu fruta. Déjame sentir el placer de ser yo quién te imparta, aunque solo me dure unos segundos y que mientras dure sea lo más locuaz y que procure ser genial y totalmente perceptible para así, poder a tus sentidos y dañarte con fuerza, surgir incertidumbres dentro de tu piel y que al segundo, tiembles. Pero esta vez no de placer, como antaño hiciste, si no de miedo y sufrimiento. Quiero que tus ojos me miren agónicos, deseando que pare y no que siga, que me supliques para que termine, no para que empiece y que de mis labios te diga que no hay más silencio que el que ansío sentir pegada a tu cuerpo, pero esta vez será que no, será que necesito poner la otra mejilla, huir de tus suspiros incesantes y cubrir con mil sonrisas que no son contigo ni por ti. Que no hay más por hacer que lo que ya no haya hecho y que no hago otra cosa que buscar que me mires y me digas que soy toda para ti. Pero no quiero, ahora es mi momento y necesito resurgir sin tus mentiras, tus espinas y tus ganas de hacerme tuya sin quererme. Me dijeron que fueron tus ansías de tenerme quieta frente a ti pero sin derecho alguno a probarte, comerte, ni siquiera a intentar quererte.




http://chalacabum.blogspot.com/2010/12/venganza.html



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