lunes, 6 de diciembre de 2010

Cosas que odio.

¿Sabes? Odio cuando llega la noche y no me quiero acostar. También odio las interrogaciones,  porque me hacen preguntarme demasiado y realmente no me gustaría enterarme ni de la mitad. Odio cuando me siento frágil al sentarme en esta silla que tambalea al mínimo movimiento brusco, porque siento que caeré y no estarás para recogerme al vuelo sentado sobre el suelo. Odio sentirme incompleta y odio completarme cuando estás aquí, detrás, riéndote de mí. Odio el frio en mis muñecas, mis dedos y mi cara. Verme envuelta en la oscuridad y no encontrar el interruptor. Que salga agua fría en la ducha cuando no la busco y ser algo torpe en alguna ocasión. Odio ser divertida y ridícula al mismo tiempo. Que me roce tu mano y no ser capaz de agarrarla bien fuerte para no dejarla escapar. Que te vayas y me dejes atrás. Que no me mires a los ojos, y que yo tampoco te pueda mirar. Que me cruja la mandíbula al sonreír, al hablar y que no escuches el chasquido para así, poderme aliviar. Tener hambre y comer sin parar. Que llegue la hora de la despedida, sin pillarme desprevenida y morirme al pensar que te vas y otras muchas horas sin hablar. Odio cuando creo que desperdicio mi tiempo sin decirte lo que odiaría haberte dicho si lo hiciera. Sin poder hacer más que seguir odiándolo.
¿Dónde me he metido? ¿De dónde no he salido? Odio sentirme entre las cuerdas. Al filo de lo imposible y por qué no decirlo, sin ti.

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