domingo, 5 de diciembre de 2010

Suposiciones II

Supongo que dejé de ser la novedad y pasé a ser algo menos concluyente, importante y por qué no decirlo, divertido. Para dejar de engañarme primero tenía que admitirlo, que lo que me estaba repitiendo a mi misma desde hace varios días era lo cierto, y que antes, había estado en ese modo equivocado en el que las personas humanas solemos entrar/caer por error. Cómo, en algún resquicio de mi tiempo pude llegar a tener la genial idea de que podía ser tu centro de calor perfectamente escondido en un huequito de tu pecho, pensar que pudiera ser tu detonador, la razón de tu bonita sonrisa, y por qué no añadirlo, de tus ganas de cantar. Que no hacía más que seguir tus dedos al tocar, mientras no hacíamos más que entretenernos con algo que, conseguía crear un poco de silencio para así, proponerme la misión de contar tus latidos. Era muy divertido, créeme, si hubiera sido por mí, incluso hubiera pasado de los cien. Vibrabas con tan solo un roce, o eso pensaba, y tonta de mí, que creí que podría ser por mí y no por más que una simple brisa de aire frio que emergía de la calle y que se depositó dentro de tu cuerpo.  Lo cierto es que sentí un poco de envidia, sentir querer ser un poco de aire y que, que mas da decirlo, me respirases. Pero al fin y al cabo eran cosas mías, lo siento, no volveré a molestar. He dedicado demasiado tiempo de mi día a día a imaginar cómo serían nuestras vidas si algo las uniese por casualidad.



No hay comentarios:

Publicar un comentario