Supongo que te imaginaba aquí sentado, tras de mí y el calentador, siendo tan encantador que hasta estarías esperando a que me acostase a tu vera y te contara cualquier cosa para hacerte reír y acabáramos jugando a las cosquillas por tu tripa. Qué ironía, si sabes de sobra que adoro verte sonreír.
No hay comentarios:
Publicar un comentario