viernes, 31 de diciembre de 2010

¡Feliz año nuevo!

Eso es, el último día del año. No hace tanto tiempo hubo momentos en los que muchos de nosotros nos preguntamos si íbamos a llegar tan lejos, pero aquí estamos. Algunos pasan este día en familia, otros sin embargo, separados. Hay quien prefiere vivir una fiesta descomunal celebrando la entrada al nuevo año, otros prefieren sacrificar esa noche para sacar lo que tienen hacia delante para así, ser recompensados con múltiples sonrisas de satisfacción. Ahora bien, piensa en todo por lo que has pasado. ¿Cuántas cosas de tu vida han cambiado? ¿Qué has ganado? ¿De cuántas te has liberado? El 2011 está en camino y ninguno de nosotros podemos impedirlo. Pero por otro lado ¿quién querría estar estancado para siempre en el 2010? Es hora de pasar el gran umbral con un poco de equilibrio, sin caernos pero con una sonrisa especial. Y justo, en el minuto 59 coger y cerrar fuerte los ojos, pensar en todos aquellos propósitos que te llevaste a la cama desde que empezó el año anterior y entonces, respirar. Nadie tiene la certeza de qué es lo que nos depararán 365 días más, pero para eso ya tenemos la paciencia.

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