martes, 29 de marzo de 2011

A dos pasos de Abril

Ya casi puedo notar la calidez entre mis dedos, puedo respirar aromas intangibles y quemarme el corazón a 29 grados centígrados. Si ahora cierro fuerte los ojos, también puedo verlo todo de color verde chillón y llegar a sentir que las ramas de los árboles me saludan al compás de aquella ráfaga de aire que, a su vez, menea a mi melena como un velo que acaricia mis mañanas, mis azañas y a mis ojos, y percibo un aire diferente con un toque familiar, y consigo ver lo que me dejan ver y nada más y con eso me basta, no me hace falta ver para creer ni dormir para soñar. Y entonces tiemblo y me tambalea la vida, mientras a tiempo y con las ganas consigo respirar dejando atrás suspiros atónitos que mueren en la comisura de mi boca. Nos limitamos a sonreír y a no dejarnos escapar, ya no hace falta nada al rededor. Me limitaba a dejarme llevar y a no medir a mis palabras dando rienda suelta a eso que quedaba por atar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario